No
es maltrato:
NURIA: Hombre, si yo ya sé que no
puedo masturbarme todos los días.
MABEL: ¿Tampoco?
NURIA: Él dice que si no, no rindo,
y es verdá. Aunque ahora con lo de la vaginitis… me dice que lo hagamos, tiene
miedo de que me esté dejando de gustar, ¿sabes?, de que le engañe. Y yo no
quiero que crea que no me gusta, me gusta mucho, pero mi líbido, jo… No quiero
que esté así de triste y que me diga que no lo hacemos porque él ya no me excita.
MABEL: Creía que con la vaginitis no
se podía follar.
NURIA: Bueno, me hago heridas, son
“micro-fisuras” según el ginecólogo. A veces le digo que me duelen, pero él
tiene razón, soy un poco egoísta y como él dice: “son heriditas de nada”. Son
muy pequeñas, pero escuecen que no veas, e intento aguantarme… aun así…
pobrecito. No puedo engañarle si me duele, pero él no se lo cree y… le dejo
muchas veces sin…
CRISTINA: Tía,
tú tienes que darle placer, ¿no? No puedes ser tan egoísta. A mí me parece que
el chaval tiene toda la razón, vamos.
MABEL: Pues a mí
me parece una burrada que él se haya planteao algo así y que lo acepte como una
obligación, ¡hala!, que debes de obedecer, y que hagáis lo mismo vosotras. No
creo que sea una muestra de amor eso de que tu novio te haga daño y utilice su
desconfianza para… ¿El sexo no estaba para pasarlo bien? ¿Desde cuándo es una
imposición? Estas cosas que me cuentas, nunca las había visto, Nuria. En
ninguna pareja.
NURIA: Es que…
si no lo hago... él se siente peor. Quiero que esté bien, nada más. A veces
cuesta, pero… es lo suyo, hay que hacer sacrificios. Cuando se pase la
enfermedad, no habrá ningún problema, total, es cosa de unos días.
MABEL: Oye, ese
tío me echó la bronca a grito pelao porque te presenté a un amigo. ¿A ti te parece normal que
controle a quién puedes conocer? ¿Y que me venga después a mí con sus mierdas?
NURIA: Bueno… si
yo en el fondo tampoco acabo nunca hablando con gente nueva.
MABEL: ¡Coño,
lógico! ¿Ese tío te ha pegado alguna vez… más? Estoy flipando…
NURIA: Alguna,
pero hace tiempo y porque… ya sabéis… Ahora he pasado todo eso, gracias a él, y
estoy bien.
CRISTINA: Hombre,
todas las parejas tienen sus baches. A veces hay que tener un poco de cabeza y
entender que no todas las situaciones son iguales.
MABEL: ¿Estáis
hablando en serio, troncas? ¿Te parece normal, Nuria? Esta conversación ha
empezado porque el tío ese te ha escrito un mail explicándote por qué puede
hablarte de follarse a quien quiera y por qué puede irse de viaje y follar por
ahí y tú no, ¿y a ti te parece normal que te humille así? Encima te cuenta cómo
ligan con él las chicas que andan detrás de sus pelotas y te dice a quién se
quiere pencar y te habla de sus conversaciones con otras chicas a las que les habla
de la posibilidad de follar con él. ¿Qué va a ser lo próximo, que se traiga
pibas a tu casa y se las tire en tu cama? Porque te puso los cuernos, ¿no? ¿Por
qué le permites que te haya dejado por una amiga tuya y luego haya vuelto contigo?
¿Por qué le permites que flirtee con Paula cuando estás tú delante? Bueno, y
sin estar. Pero, ¿por qué le permites que te acuse todo el tiempo de que le
engañas, tronca, cuando tú nunca le has puesto los cuernos o que te diga que
eres tú quien le hace enfadar o quien le hace sufrir? ¿Cómo sales con un tío
que te ha pegado porque en una discoteca un pringao te da un beso que no
quieres y luego va a casa de Marina como un loco a preguntarla si ella había
visto algo raro porque ni siquiera se fía de ti? ¿Por qué le defiendes? ¿Tan
poco te quieres? ¿Si alguien te dice constantemente que le has destruido, y más
para conseguir todos esos “beneficios”, no te está maltratando?
NURIA: Yo le amo, y te equivocas porque muchas de esas cosas son
culpa mía, como que me pusiera los cuernos, si yo me hubiera portado mejor... Son culpa mía, ¿no lo entiendes? La gente no es perfecta, hay que
saber ceder. Y quiero estar con él.
CRISTINA: Mira, Mabel,
ese tío está muy bueno, es gracioso, es inteligente, es un partidazo y… yo qué
sé, todos tenemos nuestros defectillos, nuestras cosillas. Pero tener a ese tío
cerca es tener mucha suerte. Y joder, que Nuria tampoco es perfecta, que ella
también la caga, como cuando después de que saliera él con Estela (ya sabes, la
amiga esa de Nuria) y volviera con Nu…
MABEL: Me
acuerdo de Estela, esto… perdona.
CRISTINA: Pues
entonces Nuria le dijo durante meses que no le amaba, ¡y oye, saliendo con él! Ahí
estaba ella, haciéndole daño exactamente igual. Hay que entender toda la
situación. Y eso, que ella también ha hecho cosas.
MABEL: ¡Eso es
precisamente lo que no hacéis! ¡Entender la situación! ¡Ese tío es un
maltratador, coño! Para que te peguen y tú lo aceptes antes te tienen que haber
destrozado el coco, nunca es el puto primer paso. ¿A quién le ahostian y dice “joder,
qué bien, yo aquí me quedo”? Y Nuria la habrá cagado, porque como tú dices, no
es perfecta, pero no le ha engañado con otros, nunca le ha dicho con quién o
cuándo salir, ni le ha pegado, ni le ha acusado de acostarse con yo qué sé
quién para que estuviera calladito o para obligarle a tener sexo, ni ha
flirteado con otros, no digamos con amigos de él; ni le tiene controlado a base
de decirle que es horrible y que le hace estar mal, ni le ha obligado a follar cuando
no le apetecía, ¡o cuando se hacía daño! Todo eso es maltrato de manual, joder.
¡¿Qué clase de tío prefiere que su novia sufra dolor físico por su interés
sexual?! Dios, ¡ese cretino decide cuándo se puede ella masturbar! ¡Y te culpa
incluso de sus enfados! ¡Es que todo esto es una puta locura! ¿Pero es que no
lo veis? Estas cosas te tocan la cabeza. Ella le deja hacer lo que quiere y él
es un mendas que no quiere una novia, quiere un puto maniquí con tetas y tres
agujeros con las virtudes de un felpudo. Pero Nuria es una persona, joder. ¿Y
si ella acepta todo eso no te parece que tiene un serio problema de autoestima?
¿Hola?
NURIA: ¡Oye! ¡No
te pases, que estoy aquí! Además tú no lo entiendes, él está muy mal, pero…
pero yo quiero ayudarle, a veces le digo que igual podría ir a que le ayuden
profesionalmente. Soy la única persona que le hace enfadar, así que es difícil.
Pero él siempre está, no sé… como deprimido o algo. Sé que a mi lado se siente
mal, por eso siempre intento que salga con sus amigos, que haga lo que quiera,
aunque prefiere quedarse conmigo. Siempre me dice que le anulo o que nadie le
amará y cosas así... Siempre se considera mucho menos de lo que es, y es
maravilloso en tantas cosas… en serio, tiene muchísimo talento, ojalá pudierais
mirarle con los ojos con los que le veo yo… Él es increíble. Yo sólo quiero que
esté bien. Lo lograré…
MABEL: ¿Pero
cómo puedes dejar que te hable así? ¿Cómo puedes dejarte pensar así? Porque,
joder… eres tú la que se está dejando… Nuria, escúchame, ¿por qué no aceptas de
una vez que ese gilipollas no te ama? Una persona que te ama, no te hace eso,
te lo aseguro.
NURIA: Mabel… no
digas eso, tía… le quiero…
CRISTINA: ¡Sí,
déjala en paz! ¡Ella es feliz con él! ¡Y tú siempre estás igual, eres incapaz
de ponerte en el lugar de otros!
MABEL: Precisamente
intento ponerme en su lugar.
CRISTINA: Pues con
esos ataques gratuitos que le haces…
MABEL: Nuria,
Cris… troncas… ese tío… Dios… en serio, que esto es peligroso. Que se nos está
pirando la pelota… ¿Y los demás qué piensan?
CRISTINA: Tía, déjala
un poco de espacio, ¿no ves que necesita estar sola? Ella quiere defender su
relación, como una buena novia.
MABEL: Pues me
voy. Pero no puedo… joder. Me voy. Yo tampoco soy perfecta, pero eso no se
parece en nada al amor, porque se ama en libertá. Yo nunca he tratado así a
nadie que amara. Creo que el tiempo nos pone en… que cada uno tenemos que
recoger lo que sembramos. Sólo quiero saber si estás segura de que entiendes lo
que está ocurriendo, porque a lo mejor deberías ir tú al sicólogo o… o algo.
NURIA: Yo le
quiero, eso es lo único que importa…
MABEL: Perdonarme
las dos, pero creo… creo que le tienes miedo, Nuria. Espero que sigas así,
¿vale? Quiero decir… hoy te has atrevido a hablar.
NURIA: Se va a
enfadar. Se va a enfadar con razón…
MABEL:
Tranquila, tú puedes, ¿vale? Una persona que te ama no rompe tu mente ni tu
cuerpo para… yo que sé, para que no seas nada.
NURIA: Tengo que
pedirle perdón. No quiero que me deje. Me va a dejar. Yo quería que esta vez no
me dejara… No… Ojalá fuera perfecta para él, para que no me vuelva a dejar o me
engañe y se vaya con otra.
CRISTINA: No te
preocupes, él te ama.
MABEL: Joder…
No es maltrato por Jorge Roussel Perla se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en http://parafernaliablablabla.blogspot.com.es/.
El laísmo y el infinitivo como imperativo de segunda del plural son recursos totalmente intencionados en este diálogo, igualmente ocurre con el verbo “deber de” en lugar de “deber”, los participios apocopados o la acentuación incorrecta de la palabra libido.
ResponderEliminarMe encanta, es vívido y realista. Me gusta mucho como escribes, Jorge. Por cierto, feliz año nuevo. ¡Un saludo!
ResponderEliminarMuchas gracias, Aurora. La verdad es que creo que tengo otros relatos (más poéticos, eso sí) más elaborados estilísticamente. Pero aunque digo que éste no es de los más trabajados (en el sentido de que todo es diálogo) le puse mucha energía y espíritu y me alegro de que te haya gustado porque toca un tema que me resulta muy interesante (no tanto el maltrato, que también, como la negación de la realidad contrapuesta a la capacidad que posee la gente para superarse). Me alegro de que hayas comentado la entrada y que sepas que me encantará verte más por aquí si te aburres un día y te da por pasarte y comentar algo (y que conste que aunque no siempre comento, me paso por tu espacio). Yo le intento dar caña a todo así que aunque haya relatos más pesados y románticos, seguirá habiendo entradas como ésta: rápidas y directas. ¡Un abrazo y feliz año! ^_^
ResponderEliminar